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Fuente: https://laicismo.org/
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La viveza de los políticos utilizando a los creyentes evangélicos con intereses particulares y nosotros, la Iglesia, ni nos damos cuenta. Hasta cuándo aprenderemos de la historia; ¡cuanta razón tenías N. Avellaneda cuando decías que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla! El caso plebiscito (Colombia), el caso Trump (U.S.A.), el caso del impeachment a Dilma Rousseff (Brasil), el de las pasadas elecciones con el apoyo a Fuerza Popular (Perú) y el caso del pedido de censura al ministro de educación Jaime Saavedra (Perú). En los eventos citados anteriormente esta comprobado que la fuerza evangélica en sus respectivos países llevó a la gloria a alguno de estos grupos políticos y a sus intereses (no Escriturales). Me dejan mucho que desear con respecto a la manipulación de los políticos sobre los evangélicos, únicamente con fines políticos; "y nosotros ni nos damos cuenta". O tal vez ¡si nos damos cuenta!, y hemos caído en el error que Jean P. Bastian precavía al decir que la inserción de los cristianos a la política no debe estar limitada a la conquista de los espacios sociales (educación, cultura, etc.); y que el mayor pecado de la Iglesia es la tentación del poder y prestigio en la sociedad (J. Bastian, 1995, p. 196). Esto, a mi parecer, puede ser una de las razones por las que los lideres eclesiásticos definen y defienden una posición política en el caso, particular, del Perú queriendo llevar a la presidencia a algunos candidatos.
No me van a dejar engañar, a ver díganme si ustedes no fueron hostigados a votar por un candidato en particular, ya que a este (político) "Dios se lo reveló al ungido", "este apoya a la Iglesia", "ha venido a participar del culto, va a favorecer a la Iglesia en leyes y peor aún nos dará la propinita" o cualquier otro pseudo argumento. En este sentido Dorothea Ortmann que es coordinadora de la maestría en ciencias de la religión en la UNMSM en su trabajo de las religiones en el Perú de hoy declara que los excesos de los evangélicos demasiado comprometidos con los intereses políticos de un sistema no solo se ven en U.S.A., sino que esto se emula en América Latina, en el caso particular de Brasil donde la mayoría neopentecostal evangélica oficializa la candidatura de evangélicos como parte de la consigna eclesiástica, que se difunde entre los miembros, compitiendo a favor de los sectores mas conservadores de la clase política brasileña con un fuerte poder económico (D. Ortmann, s.f, p. 126-127). La Sra. Ortmann nos deja claro que el caso de Brasil ha sido marcado por la inclinación de los evangélicos a la "derecha" (capitalista), frente a la "izquierda" (socialista). Este ha sido el caso del presente sobre el impeachment a Dilma Rousseff, donde la derecha expulsó de la presidencia a Dilma y donde a Michel Temer (izquierda) le están haciendo la guerra para eliminarlo del liderato, actualmente (razón para las huelgas y conflictos sociales en Brasil, que las medios de comunicación no difunden). Esto refleja el poder político de los evangélicos en dicho país para hacer y deshacer en la política o mejor dicho poner y quitar reyes, por medio de la manipulación de los fieles que para ser sinceros, ya nos la olíamos. Otro caso es el del "hermano Fujimori" en la década de los 90" cuando los evangélicos llevaron al poder a Ing. Alberto Fujimori como lo demuestra Ted Gerard Jelen:
Los esfuerzos políticos de los evangélicos han tenido un éxito sorprendente. Los evangélicos peruanos proporcionaron a Alberto Fujimori un apoyo fundamental organizativo para su victoria en las primeras presidenciales y en las elecciones generales de 1990... Los evangelicos también otorgaron un importante porcentaje de voto a los presidentes colombianos Cesar Gaviria y Ernesto Samper, que les devolvieron el favor impulsando la legislación en favor de la libertad y la igualdad religiosas (T. Jelen, 2006, p.270).
Por otro lado también Véronique Lecaros asegura que múltiples analistas políticos, como es el caso del Washington Post, atribuyeron gran parte de este éxito electoral de Fujimori a la campaña electoral silenciosa, puerta a puerta, de militantes evangélicos (V. Lecaros, 2016, p. 74).
Totalmente demostrada la influencia política de los evangélicos en las decisiones del pueblo y elecciones de los lideres políticos, que parece más para mal que para bien.
Nuestra reflección nace a partir del conflicto colectivo político que se esta persiviendo con el pedido de censura al actual ministro de Educación, que a mi punto de vista es toda una suerte de intereses políticos como en los casos ya mencionados anteriormente, y la Iglesia evangélica, no huele esta motivación o si la huele, pero se une a ellos porque también tiene intereses. Si quieren salir a las calles a protestar: #ConMisHijosNoTeMetas, bien pueden, pero miren que no seamos objetos de los políticos, como ya el pasado lo ha demostrado, ni defendamos banderas políticas corruptas (que vergonzosas son las personalidades que las ocupan, ya el profesor Juan Stam ha escrito sobre ello en el marco latinoamericano: http://www.kairos.org.ar/blog/?p=280, ni intereses personales y sobre todo recordemos que no estamos solos en el mundo, también hay personas que piensan diferente a nosotros y a las cuales hay que respetar y con ellas dialogar y no imponer nuestras ideas ¡Busquemos el bien de todos-as!
En la edad medieval Iglesia-estado caminaron juntas y fue una suerte de injusticias, abusos, etc. este binomio no dio resultado, ni lo hará.
Por otro lado todo creyente puede hacer uso de su derecho y vocación a participar en la política lo cual es legítimo; es más, todo buen cristiano tiene el deber de incursionar en política y en los asuntos públicos como un agente de transformación con alta formación teológica y política e identidad latinoamericana para ejercer su vocación. Ahora es cuando la reflexión teológica debe llevarse a la práctica con presencia pertinente de agentes públicos que busquen el bien común, busquen la igualdad de género, erradiquen la pobreza, mejorar la calidad educativa, fomentar la salud integral y los principios del Reino en el país y no favorecer a unos cuantos, que responda a las necesidades del contexto latinoamericano sabiendo que nuestro país es uno muy diverso y plural en cuanto a religión, ideología, creencias y culturas por lo que estos agentes políticos deben buscar políticas públicas que favorezcan a todos -as los -as peruanos -as sin importar su cosmovisión. Mi Perú necesita escuchar la voz profética del Reino de Dios movimiento que nació de Jesús de Nazaret. Estoy convencido que ellos saldrán de las canteras evangélicas. Tenemos una gran responsabilidad social con nuestro país, excluirnos y desentendemos no es la solución, pues, ya tenemos suficientes errores del pasado con ello ¡Sujeto u objeto eso lo decidimos tu y yo!
Construyamos nuevas prácticas teológicas y políticas para los nuevos escenarios latinoamericanos que nos ha tocado vivir.
#OtraTeologíaEsPosible.
#OtraPolíticaEsPosible.
Por
Renzo Fabrizzio Díaz Camacho
Teólogo y activista social.
BIBLIOGRÁFICA:
- V, Lecaros, (2016). La Iglesia Católica y el desafío de los grupos evangélicos; El caso del Perú en América Latina. Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
- J. Bastian, S. Pilco y otros, (1995). Los evangélicos en América Latina. Ecuador: Abya Yala.
- T. Jelen y Clide Wilcox, (2006). Religión y política; Una perspectiva comparada. España: Akal.
- D. Ortmann, (s.f). Anuario de ciencias de la religión; Las religiones en el Perú de hoy. Lima: Fondo Editorial UNMSM.
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