El otro Jesús




A propósito de lo que viene sucediendo en la coyuntura política y religiosa de mi país y a nivel mundial me he venido cuestionando una seria de acciones por parte de distintos colectivos ideológicos de las Iglesias, me refiero a los grupos fundamentalistas y progresistas de la cristiandad sobre la cuestión género. Puntualmente me preguntaba ¿cual hubiera sido el rostro de Jesús que el movimiento cristiano del siglo primero, hubiera presentado a estos acontecimientos? Entonces, eclocionó en mi la iniciativa de escribir sobre uno de los personajes más escritos, más hablados y mentados, pero poco conocidos: Jesús de Nazaret. Puedo asegurarles de que hubo otro Jesús distante al que la religión nos ha trasmitido. Lo que pasa es que Jesús, el judío, de Nazaret jamás fundó una religión como es el cristianismo, quienes la formaron fueron sus seguidores, ellos construyeron esta religión. En mi opinión, siendo una formulación y construcción esta puede volver a ser construida retornando al Jesús de las fuentes o al de los evangelios, que según Antonio Piñero es definitivamente otro Jesús o muy superficialmente el Jesús de la actual cristiandad ya que ha estado escondido por la religiosidad y las interpretaciones de su persona han estado desconectadas de las fuentes que sus seguidores nos dejaron (Véase: https://www.youtube.com/watch?v=_X8wGegMlXU).
El otro Jesús como profeta de Israel no fue un místico y maestro de interioridad (centrado en la salvación privada de personas), sino un reformador social que impulsó la justicia de Dios, superando el talión de la ley (X. Pikaza, 2013, p . 240). Las mujeres en este Jesús encontraron al libertador del patriarcalismo y machismo de la sociedad de su entorno que las oprimía, será por eso que Elisa Estévez afirmó que la caracterización de las figuras femeninas en los relatos responden a la configuración del nuevo grupo de Jesús (Mr. 3, 35; 10, 30) en el que se afirma la presencia de hermanas y donde la figura masculina, símbolo de autoridad patriarcal, se omite (E. Estévez, 2012, p. 108); también a los pobres (Mt. 5:3, Lc. 4:18) les dió la oportunidad de ser hechos hijos de Dios sobre la clase dominante de los ricos y religiosos de su tiempo, este Jesús, anduvo tan involucrado con los pobres que como dice J. Meier era, en cierto modo, uno de los pobres teniendo que trabajar duramente para vivir (J. Meier, 1998, p. 293), el otro Jesús caminó sanando y privilegiando con pureza y honra a los enfermos y paralíticos (Mr. 2:1-12, Lc. 5:17-26) quienes eran tenidos como lo último y deshonroso del status social de aquel entonces, como J. Crossan ha explicado sobre la lepra, que, padecerla en una sociedad que es dominada por los criterios de puro e impuro significaría la muerte social en todo y por todo (J. Crossan, 1994, p. 96), y ni que decir de los niños a quienes les entregó el Reino de Dios (Mr. 10:14, Lc. 18:16), aún cuando en su sociedad no tenían valor alguno, es mas eran sometidos a esclavitud sin derecho alguno al igual que las mujeres (D. Neufeld y R. DeMaris, 2014, p. 84). Jesús de Nazaret fue contracultural en cuanto a lo que se esperaba que hiciera un varón y una mujer; la actitud de Jesús cuestionaba algunos aspectos de la construcción de género, tanto de varones como de mujeres. Jesús de Nazaret consideró retomando y subrayando lo que ya estaba en el Génesis, que mujer y varón son imágenes de Dios, él tuvo una actitud nueva en la lectura y construcción cultural de las diferencias sexuales (R. Aguirre, C. Bernabe y Carlos Gil, 2009, p. 255.). Este Jesús lucho por la dignidad humana por encima de cualquier estereotipo social, religioso, ético y de género; observo el valor de la vida por encima de cualquier prejuicio y de la ley, siendo él la ley encarnada; veía en los marginados y excluidos de la sociedad la imagen de Dios, una imagen exclavisada y oprimida por los poderosos de turno que clamaban por liberación.
El otro Jesús dejó otro cristianismo y este otro cristianismo tuvo otro Jesús. Por ello G. Theissen ha demostrado que en dicho movimiento, los desvalidos, los pobres y los incultos tienen una oportunidad, a los pobres, a los que padecen hambre y a los que sufren les irá bien, la distribución de los bienes se realizará de nuevo en favor de los débiles y los mansos poseerán la tierra (Mt 5, 5) (G. Theissen, 2005, p. 253).
En la actualidad los nuevos congresos mundiales para el desarrollo y crecimiento sostenible han plasmado su agenda mundial en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), estos no dejan de hablar de que "otro mundo es posible", un mundo con equidad de género, calidad en la educación, un mundo sin pobreza, con salud integral para todos, un mundo comprometido con el ambiente y el desarrollo sostenible de la vida marítima y terrestre, por ello creo al igual que el teólogo Juan Jose Tamayo, con cierta reserva, que "otra teología es posible", es decir, una teología dinámica que responda a las necesidades y demandas del momento histórico eclesiástico como es la opción por los pobres y marginados, la revolución feminista, la nueva conciencia ecológica, el diálogo intereligioso, el respeto a la pluralidad e interculturalidad (J. Tamayo, 1999, p. 11-46).
Nosotros la Iglesia tenemos grandes desafíos, si en realidad queremos seguir al Maestro practicando lo que dijo y viviendo como él anduvo.
Estamos aquí para reconciliar a la humanidad con Dios y establecer su Reino (proyecto de Jesús de Nazaret) aquí y ahora, y no para pelearnos con la sociedad secular y laica que no piensa como lo que, solamente, desde nuestra cosmovisión es ético y moralmente correcto; ya decía, con razón, Leonardo Boff que todo punto de vista es, solamente, una vista desde un punto. Eso me dice que debería haber un respeto a la libertad, a la vida y a la dignidad humana por encima de cualquier estereotipo sociocultural, religioso, de género, ideológico, etc., ya que el amor que Jesús pidió no se dirige hacia los que tienen la misma manera de pensar, sino también hacia los enemigos y marginados (J. Jeremías, 1974, p. 249).
Siendo todo esto cierto estoy pensando en que el cristianismo actual podría repensar en otro rostro de Jesús para la sociedad contemporánea (una sociedad con diversisad y pluralidad); el rostro de un Jesús más humano, compasivo, cósmico, misericordioso, inclusivo, democrático y comprometido socialmente con el grito de los pobres, de la tierra, los -as desplazados -as, los -as discriminados -as, los -as violentados -as, los -as marginados -as y con toda clase de abuso infrahumano a la cosmovisión y vida de las comunidades humanas LGBTIQ.
Por lo tanto, si así fue el otro Jesús habría que preguntarnos:
¿Qué rostro de él estamos presentando a la sociedad?
¿Qué papel le toca jugar hoy a la Iglesia?
¿Será que si el cristianismo no contextualiza su mensaje, se extinguirá como el teólogo Juan José Pagoda ha asegurado? (véase este vídeo: https://youtu.be/AQnI9VNl9qg).
Esas son preguntas que tú y yo deberíamos responder.
¡Erijamos puentes y derribemos muros divisorios!
¡Mi oracion es que el Espíritu del Dios de la vida nos ayude a ser la Iglesia del compromiso!


Por
Renzo Fabrizzio Díaz Camacho.
Teólogo y activista social.

BIBLIOGRAFÍA:


- D. Neufeld y R. DeMaris, (2014). Para entender el mundo social del Nuevo Testamento. Navarra: Verbo divino.

-E. Estévez, (2012). Que se sabe de las mujeres en los orígenes del cristianismo. España: Verbo divino

- G. Theissen, (2005). El movimiento de Jesús: Historial social de una revolución de valores. Salamanca: Sigueme.

- J. Crossan, (1994). Jesús: Biografía revolucionaria. Barcelona: Grijalbo Mondadori.


- J. Jeremías, (1974). Teología del Nuevo Testamento: La predicación de Jesús. Salamanca: Sigueme.

- J. Meier, (1998).Un judío marginal: Nueva visión del Jesús histórico. Navarra: Verbo divino.

- J. Tamayo, (1999). Diez palabras clave sobre Jesús de Nazaret. Navarra: Verbo divino.

- R. Aguirre, C. Bernabé y C. Gil, (2009). Qué se sabe de Jesús de Nazaret. Navarra: Verbo divino.


- X. Pikaza, (2013). Historia de Jesús. España: Verbo divino.


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