Ser cristiano y feminista

 "Ya no importa el ser... hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo"
-Gálatas 3:28-

¡Claro!, esta expresión para muchos puede sonar incompatible, algo así como vertir sal a una taza de café o mezclar agua con aceite, sin embargo estoy totalmente convencido de que ser cristiano o cristiana y feminista es muy coherente con los valores éticos que del cristianismo se desprenden como son la justicia, la equidad, la vida y sororidad que son luchas por las cuales el feminismo existe.

Si, es cierto que en la historia una fuerte expresión del cristianismo se ha opuesto totalmente a esta forma de interpretar y manifestar las luchas por los derechos de las mujeres condenándola como anticristiana, esto en relación a los temas del aborto y la llamada "ideología de género", pero esta es solo una cara de la moneda (gracias a Dios) ya que no todo el espectro cristiano opina igual respecto al movimiento feminista y sus propuestas políticas, ideológicas y religiosas. 

Hay un linea de pensamiento en la teología cristiana en la que, todavía, se puede respirar el mensaje liberador de Jesús, el Cristo. Es una teología que parte de la crítica y la sospecha al por qué las mujeres han sido desplazadas y silenciadas en la historia de la religión y la sociedad y sus derechos vulnerados por las mismas, esta es la teología feminista que representa la preferencia del Dios cristiano por las mujeres y sus luchas en la historia.

La cantidad de mujeres que escribieron y contribuyeron en la historia de la teología feminista es imnumerable, mujeres como: Priscila Barredo, Elsa Támez, Teresa Forcades, Nancy Cardoso, Ivone Gebara, Irene Foulkes, Pilar Aquino, Rut Alvarado, Sandra Lassak, Marcella Althaus-Reid, Graciela Dibo, Virginia R. Azcuy, Mercedes García Bachmann entre muchas otras.

Gracias a todas ellas por ayudarnos en la comprensión de Dios desde el sufrimiento de las mujeres, gracias a ellas porque nos han mostrado las luchas y el camino que aún falta por recorrer en la búsqueda de un mundo justo e igualitario para todas y todos, a ellas gracias por otorgarnos una hermenéutica en clave de género, gracias a ellas porqué hemos comprendido que se puede ser creyente y feminista al mismo tiempo, gracias a mis hermanas y compañeras de milicia por mostrarnos el rostro despatriarcal de Dios y a Jesucristo con su movimiento del primer siglo al iniciar esta revolución de valores socio-culturales volviendo al propósito de lo divino que desde el principio fue que mujer y hombre fueron creados a imagen de Dios (Génesis 1:27).

Renzo Díaz Camacho
Teólogo y activista social

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Dios indígena

Dios es verde

LA TIERRA ES NUESTRO EDÉN